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La etnografía por su carácter descriptivo no sólo constituye la base sobre la que se apoya la etnología, sino que nos permite conservar la memoria de los diferentes grupos humanos y sus actividades. Los grupos humanos que utilizaron las yeseras han cambiado, así como la propia actividad productora de yeso, hasta el punto de extinguirla en su forma preindustrial, de la que no queda sino huellas. Como la Etnografía se aplica a comunidades vivas, en este caso el estudio de las yeseras supone además recuperar e interpretar el pasado a partir de su evidencia material, o lo que es igual un ejercicio de Arqueología.
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